Tenía que ser así de alguna manera. Estaba claro que tarde o temprano os iba a invitar a visitar mi casa, aunque sea de manera virtual, compartiéndola con vosotros, de la misma manera que cada semana comparto los espacios de otros.
Y es que tanto trabajo a lo largo de los años (llevamos más de 30 viviendo en ella) en una casa tan antigua de la zona del Rastro de Madrid, de hecho data de 1885, en la que todo se ha ido haciendo poco a poco y de manera paulatina y a base de idear formas para sacar partido a un espacio más bien pequeño y con una distribución difícil, que era la máxima de entonces en la que los aparejadores brillaban por su ausencia, y los maestros de obra (que no jefes como ahora) hacían y deshacían según los cánones familiares de aquella época, era casi obligatorio enseñarlo.
Eso sí, lo magnífico de este tipo de construcciones, es que se regían por ciertas premisas: muros de medio metro de grosor en las paredes maestras hechos a conciencia, vigas de madera y techos altos de casi 3 metros de altura, que entonces no se escatimaba tanto en materiales como ahora.
Con esta narración podéis iros adentrando en mi hogar y haciendoos idea del trabajo de decoración realizado con nuestras manitas, las de mi marido y las mías. Cada rincón de la casa está pensado y realizado por nosotros, de principio a fin. Desde el pintado y empapelado de las paredes y techos, hasta las tomas de electricidad, algo de fontanería, la manpostería de puertas, balcones y separación de espacios e incluso la fabricación de una falsa chimenea o de algunos de los muebles a medida cuando no se han encontrado para un hueco en particular. Toda una obra de ingeniería que si ahora me pongo a pensar, probablemente me lo plantearía mucho antes de comenzar :)
Pero ha sido la decoración y la elección y tuneado de los muebles lo que más me ha motivado, y con la que he aprendido de verdad, en plan siempre autodidacta. La posibilidad de crear algo mío, con personalidad diferente recuperando y restaurando muebles de herencia, siempre buscando poder incorporarlos con los más modernos y así completar un interiorismo ecléctico y perfectamente combinado tanto a través de las tapicerías como de los colores y materiales, ha sido la mejor parte...
Y aunque todavía hay muchas cosas que me gustaría realizar aún y siento la necesidad de modificar mi entorno para no encasillarme y estar siempre al día en la materia, seguramente dentro de algún tiempo estas mismas fotos que he tomado estos días especialmente para este post, se queden obsoletas y pueda compartir de nuevo otras con cierto aire de cambio.
Por el momento esta es mi casa hoy por hoy y espero que este pequeño tour fotográfico os guste y comprobéis que nosotros, si nos lo proponemos, podemos realizar nuestra propia labor de interiorismo con un poco de interés y gusto por la estética y mucho, pero que mucho amor.
Por lo menos esa es mi opinión... ;)
EL SALÓN