Conozco a algunos artistas amigos míos que literalmente matarían por tener un espacio de trabajo para crear sus obras como el que hoy comparto aquí. La posibilidad añadida de que además se convierta también en tu casa habitual, la transformaría en el summun de la perfección. Y este es también el caso. Para muchos artistas la posibilidad de adaptar una pequeña nave industrial donde la luz y el espacio no sea un problema, y poder convertirla en un amplio y luminoso loft donde puedas desarrollar tu vida y tu trabajo plenamente, es un sueño. Otra puntualización importante es la de poder aprovechar el tiempo al máximo de una forma eficiente y sin tener que sufrir desplazamientos ni distracciones si estás metido en un proyecto importante, algo que muchas veces puede ser una bendición, sobre todo cuando hablamos de un espacio tan bonito, diáfano y encantador como es este loft a tres alturas ☜
La parte inferior es la mayor y ocupa todo el perímetro de la nave. En ella se ubican el salón, el comedor y la cocina, además de su zona de trabajo y en ella es donde Heather, la pintora propietaria, realiza su vida habitual. Es lógico que sea así, dada la luz natural que se filtra por tres de los cuatro lados que la forman a través de los enormes ventanales industriales que ocupan más de la mitad de las paredes. Una luz excepcional donde los colores que utiliza para sus obras no se desvirtúan con luces eléctricas, algo que para ella es sumamente importante y que se entiende solo con verlas.
El mobiliario es sumamente sencillo con algunas piezas apilables, como ocurre con las sillas del comedor que recuerdan a las utilizadas en los colegios infantiles. Pocas piezas con mucha fuerza y un aire muy vintage donde se busca la practicidad, que se mezcla con sus cuadros llenos de color y vitalidad, que sirven también de decoración y llenan el espacio de alegría ❍