A veces las casas me sorprenden. Cuando busco entre los miles y miles de apartamentos que hay en las redes, a veces me encuentro con lo que no voy buscando, y sin querer, me sorprende. Está claro que es este caso, porque aunque no es mucho mi estilo decorativo preferido, hablamos del tan apañado y querido estilo escandinavo, si que se trata de un encantador espacio pequeño, tan solo 37 metros cuadrados, pero que tiene todo lo necesario para llamar mi atención... ↩
Ubicado en un barrio tranquilo de Gotemburgo, Suecia, está decorado en una misma gama cromática, en distintos tonos de grises que combinan a la perfección con todo y que hacen destacar cada elemento diferente de una forma sublime, manteniendo una coherencia y un equilibrio total para vivir en él disfrutando al máximo de su entorno. Está tan bien planificado y aprovechado, que realmente no parece tan pequeño como realmente es ☜
La luz penetra por sus grandes ventanales con bonitas molduras en blanco, amplificando el espacio al máximo. También dispone de un balcón de lo más agradable que da al patio interior del edificio, donde también se encuentran las zonas comunes en los que compartir momentos con los vecinos en un ambiente cuidado muy natural y relajante ✓
Su diseño abierto y pensado para disfrutar de cada rincón, comunica todas las estancias, pero manteniendo su independencia. El comedor se convierte en el office de la cocina, muy bien aprovechada y el salón se abre al dormitorio que está separado por una pared de cristal con cuarterones de hierro forjado, aportando el toque de tendencia industrial que rompe con la estética nórdica ❤