Un apartamento muy carismático, plagado de diseño y con sorpresa añadida.

¿Que pensarías si te dijera que vas a vivir en una iglesia? Un poco sorprendente, desde luego. Y eso es lo que pensaron las hermanas propietarias del apartamento protagonista del post de hoy y fundadoras de la empresa de interiorismo LABLstudio, cuando su agente inmobiliario les dijo que tenia una oferta más que interesante, pero muy carismática y diferente a lo que habían visto hasta el momento. Algo poco tradicional indudablemente.

Su pretensión era adquirir algo que se saliera de lo corriente, pero un moderno apartamento en un edificio que había sido una iglesia gótica en el pasado, era algo más que especial. El edificio restaurado había sido construido en la década de 1850 y consiguió que estas visionarias interioristas pudieran ubicar todas sus ideas de decoración, las cuales tomaron como un reto, que sin duda y tras ver cada rincón y espacio de este especial apartamento, creo que han conseguido  a la perfección. 

Ya la entrada, con sus puertas en arco ojival, te indica en el sitio en el que te encuentras y te prepara para lo que vas a descubrir en su interior. Espacios modernos, plagados de piezas vintage de diseño que se conjugan perfectamente con los muros que las contienen y unos techos altísimos que le confieren un aire casi monacal. 

Un encantador salón con claro gusto por el eclecticismo, mezcla con mucho acierto un magnífico sofá de Jonathan Adler con una alfombra en macramé turquesa, una mesa realizada con material de obra en rosa chicle y un aparador chino de 1880. 

El comedor lo preside una mesa con sus sillas Tulip (de las que si recordaís ya os hablé en el post de ayer) de Saarinen, y una barra con escalera de Baughman para librerías para acceder a la ventana, como única decoración es suficiente para aportar la calidez necesaria. El salón principal con clara tendencia bohemia, lo componen unos sofás hechos con gruesos cojines en capitoné en distintos colores y muchos pufs marroquíes que rodean una preciosa mesa tallada en madera, que ofrece un aspecto de lo más acogedor donde hacer largas tertulias.  

La cocina es fantástica, con esos azulejos en azul, sus preciosos y sencillos muebles blancos, electrodomésticos de última generación y su encimera de granito negro, sorprende por sus altísimos techos y sus luminarias super modernas. Sin duda un acierto la colocación de los azulejos emulando el metro y las banquetas metálicas.

La zona de dormitorios es de lo más sencillo, sin estridencias, pero con un encanto muy particular y donde continúa el gusto por las piezas de autor como la estantería de los años 70 con sistema modular,  las lámparas de techo de los 70 de colores y las letras en strass realizadas por encargo. 

El baño con un diseño retro, presenta una encimera con lavabos de una sola pieza sobre un mueble de madera con tiradores en níquel, al igual que los apliques de luz. 

Como podéis ver no le falta detalle y para ser una antigua iglesia, solo conserva de ella sus fantásticos muros y su curiosa distribución.  

A mi, desde luego, me ha encantado y creo que podría vivir allí sin ningún problema¡¡ 

Y a vosotros ¿que os parece la idea?  Original cuanto menos  ;) 

IMÁGENES: Lonny Magazine.