El blanco impoluto, ganador por goleada.

Y a quien no le gusta el color blanco para decorar. Este color, falto de él mismo, es siempre el ganador por goleada en cualquier espacio y tiene la capacidad de ampliar visualmente cualquier espacio, convertirlo en limpio aunque no hayas limpiado en días y combinar perfectamente consigo mismo, algo que es prácticamente imposible lograr con cualquier otro color.  Lo que se dice un must prácticamente imprescindible. 

El blanco impoluto se puso de moda hace varios años para convertir viviendas pequeñas en algo de lo que carecen, y se ha ido incorporando en cualquier tendencia y básicamente en todas sus facetas. Se utiliza por igual tanto en paredes como en suelo, independientemente de si hablamos de suelos de madera, de vinilo como de gres, también en el mobiliario, en los pequeños objetos de decoración o en la manpostería de las viviendas, con lo que se consigue una limpieza visual enorme y espacios lineales y funcionalmente perfectos. 

Sin embargo no todo el mundo está convencido de su capacidad como único color, porque en esencia es frío y no transmite calidez alguna, algo que todos queremos incorporar a nuestras casas porque es sinónimo de acogedor y confortable, con los que lo introducen en sus viviendas lo combinan siempre con toques grises, negros o algunos más osados colores muy fuertes y de esta manera se rompe el monocromatismo.  

Hoy, sin embargo, me he decantado por espacios de blanco total, en los que además, las dimensiones son enormes, y casi siempre minimalistas, con lo que la sensación de amplitud se incrementa aún más,  si cabe...

Espacios todos ellos impresionantes que, tanto si te gusta como si no, te dejan con la boca abierta.

Espectaculares ¿no os parece? ;)

FOTOS: Desde mis tableros favoritos de Pinterest.